El 15 de abril de 2020, vecinos de Churuguara, un pueblo a dos horas de Coro, estado Falcón, salieron a protestar por la escasez de combustible. La concentración fue reprimida con bombas lacrimógenas. Allí estuvo Edgar Flores, abogado, de 30 años y paciente psiquiátrico. Días después, fuerzas de seguridad del régimen fueron a buscarlo a casa.
Ricardo Cie migró a Guatemala con la esperanza de trabajar para poder llevarse consigo a su esposa e hijo. Luego de dos años en ese país, en los que tuvo no pocos tropiezos, seguía sin estabilizarse económicamente, así que decidió regresar a Venezuela. Pero apenas compró el boleto de retorno sufrió un infarto.
En febrero de 2019 publicamos “Todo lo que nació con Nancy”, la historia de cómo Thais ayudó a una niña de 7 años a recuperarse de la desnutrición severa. Casi dos años después, volvimos a contactarla para saber si Nancy, la pequeña, había continuado recuperándose y qué buenas nuevas nos traería esta historia de solidaridad al sur de Venezuela.
La tía, católica, severa pero afable, se esmeraba en consentir a su sobrina, hija de padres comunistas y ateos. Era la Maracay de los años 80. Una década más tarde, la felicidad, eso de lo que poco se hablaba en esa familia, se apagó. Aquella sobrina es la periodista Celina Carquez, y en este relato pone en orden sus recuerdos sobre ese momento de su vida.
Mariángel Pérez es enfermera instrumentista. Luego de años ejerciendo en el Hospital Adolfo Prince Lara y en clínicas de Carabobo, en el centro norte de Venezuela, renunció a su profesión con mucho pesar. Ahora trabaja como pescadora en Puerto Cabello.
Salieron de Venezuela, el 26 de julio de 2017, rumbo a Uruguay. Ella iba embarazada de siete meses. Él, preocupado porque tenían poco dinero para ese largo viaje por carretera. En Montevideo se reencontrarían con su amigo Jan Queretz, quien dos días antes se había dirigido hacia ese mismo destino. Pero hay veces que los planes toman virajes inesperados y, entre tanto, la vida se abre paso. Con esta historia, finalista en la 3era edición del concurso Lo Mejor de Nos, nos despedimos hasta 2021.
Sudeban bloqueó las cuentas bancarias de Alimenta la Solidaridad, organización que mantiene 239 comedores en 14 estados del país, en los cuales comen a diario 25 mil niños en situación de riesgo. “Mi sonrisa, Mi esperanza” es uno de los 40 que funcionan en Petare, el barrio más grande de América Latina.
Marimar vive con sus morochos de 11 años y un nieto de 10 meses en Las Bateas de Maurica, un caserío cercano a Barcelona, la capital del estado Anzoátegui, en el oriente venezolano. Con frecuencia se levanta por la mañana sin tener certeza de si comerán algo durante el día.ía.
Unos niños hambrientos en un salón de clases. Familias indígenas de Delta Amacuro, en el extremo este de Venezuela, que solo comen mangos para rendir la poca comida que tienen. Una pandemia que llega para complicar lo que ya era complicado. Arlys Obdola convirtió su negocio en un programa que intenta paliar la crisis alimentaria que atraviesa el país.
A Fay Ellen Hernández se le murió un hijo por desnutrición y teme que ahora uno de sus nietos, que está bajo de peso, corra la misma suerte. Como los alimentos que recibe cada dos meses en una bolsa CLAP rinden para apenas cinco días, el resto del tiempo ella hace cuanto puede para que en casa nadie se acueste sin comer.