A Yamilet Pacheco le enseñaron en su casa que las vacaciones son muy importantes. En su infancia y adolescencia, viajó mucho con su familia o a campamentos donde compartía con jóvenes de su edad. Hoy no puede garantizarle esa diversión a Gabriel, de 13 años, el menor de sus dos hijos.
Lorenzo Pacheco Mirabal pasó su infancia y su adolescencia entre distintas playas del mar Caribe. Todavía, a sus 78 años, atesora aquellos ratos de sol que lo hicieron tan feliz. Quisiera que sus nietos, entre ellos Víctor Hugo, pudieran vivir días como esos, sobre todo ahora que están de vacaciones escolares.
Eudy de Jesús Gómez Basanta, de 31 años, desapareció la mañana viernes 28 de abril de 2017 cuando salió al campo cabalgando sobre un caballo blanco que pretendía cambiar por otro. Desde entonces Damelis, su madre, no ha dejado de buscarlo. Tan solo lo escucha hablar en sueños.
María José y Alexander tenían dos años viviendo juntos en Ciudad Guayana. Él, para hacerse con dinero extra al que le generaba su trabajo como abogado, comenzó a trasladar pasajeros hasta las zonas mineras del sur del estado Bolívar. Un día de mayo de 2018 ambos salieron de su casa y nunca más volvieron.
El fotógrafo Wilmer González solía acompañar a periodistas a las minas de oro, que conocía muy bien, en los estados Delta Amacuro y Bolívar. A eso salió de su casa el 16 de febrero de 2018 y no ha vuelto. A Lucy, su esposa, le han dicho que está muerto, pero ella sigue refiriéndose a él en presente.
En 2018 el fotógrafo del diario Correo del Caroní Wilmer González se fue a una mina en Delta Amacuro para paliar una de las peores crisis económicas de la historia venezolana, y nunca más regresó. Su desaparición es parte de un patrón de violencia en los municipios mineros del sur del estado Bolívar, donde el gobierno ha formalizado el proyecto del Arco Minero del Orinoco en medio de graves violaciones a los derechos humanos.
Lorenzo tiene 7 años y, aunque está de vacaciones escolares, no ha dejado de asistir a su colegio. Participa en un plan vacacional organizado por Unicef en el que se reencuentra a diario con su maestra y con sus compañeros de clases, con quienes juega fútbol. Solo así puede recrearse en estos días libres.
A diario, el fotógrafo Iván Ocando Urdaneta se enfrenta al deterioro de los servicios públicos en Maracaibo, la ciudad en la que nació hace 28 años. Quizá como una forma de sobrellevar el descalabro, se empeña en registrarlo todo. En esta última entrega de la serie La vida que se evapora, muestra lo tortuoso que es trasladarse en transporte público en la segunda ciudad más importante del país.
Escribir es una de las formas que conoce el ser humano de poner orden a la vida. Cuando la realidad parece desdibujarse, cuando las bases de lo dado por cierto comienzan a crujir, surge el impulso de asentar los hechos para poder verlos desde cierta distancia. La distancia necesaria para entenderlos. Es por esto que, […]
Henry dedica buena parte de su tiempo a ayudar a sus vecinos en Caucagüita, la parroquia del municipio Sucre del estado Miranda en la que vive, y a mantener allí un comedor donde se alimentan diariamente unos 57 niños. Lo hace como una forma de distraer sus pensamientos de una sombra que se cierne sobre su propia vida.