A sus 19 años, Jushedith Venales dejó su casa en Carúpano, estado Sucre, para mudarse a Puerto La Cruz, Anzoátegui, con el sueño de estudiar Comunicación Social. El hambre, mudanzas y limitaciones económicas, la llevaron al límite de sus fuerzas, pero una ayuda inesperada le dio un giro a las cosas.
Las hermanas Elvira y Giannina Gómez fueron la noche 15 de junio de 2018 a una fiesta de prograduación en el Club Social El Paraíso. Estaban bailando cuando se vieron envueltas en una nube de gas lacrimógeno. Confundidas, trataron de huir; pero antes de cruzar la puerta de salida, quedaron atrapadas en una estampida.
El Zulia Fútbol Club entrenó para la Copa Sudamericana de Fútbol en una Maracaibo azotada por apagones eléctricos. En medio del sofocante calor, las noches calurosas se volvían insoportables sin aire, y no había agua corriente para ducharse. Sin embargo, lograron avanzar hasta cuartos de final. El psicólogo y escritor Manuel Llorens los acompañó y cuenta su hazaña.
María Gabriela Jaimes comenzó a estudiar Comunicación Social en el núcleo de Oriente de la Universidad Santa María, confiando en que sus padres le costearían la carrera hasta el final. Cuando apenas cursaba el primer semestre, sin embargo, una tragedia cambió las cosas.
Ramón Toro desayuna temprano. Luego hace ejercicios y a media mañana toma una merienda. Al mediodía se baña y almuerza. A eso de las 3:00 de la tarde, merienda de nuevo y a las 5:30 sale a dar un paseo con su papá. Desde julio del 2018, ese es el momento más prolongado que pasa fuera del anexo que sus padres le construyeron; una pieza desde donde eventualmente vuela excremento.
Durante meses vivió esta madre la pesadilla de ver que su hija Miranda, de nueve meses de edad no lograba pasar de los seis kilos, que su organismo era incapaz de retener ningún alimento. Hasta que otra mujer en apuros se cruzó fugazmente en su camino, y con la ayuda que le ofreció le dio ánimos también para torcer un destino que parecía sentenciado.
Todo comenzó cuando Zuly, quien había fundado la ONG Otro Enfoque, quiso organizar una jornada lúdica con los niños que rondaban la plaza Madariaga. Esa actividad la llevó a adentrarse en la Mansión de la Abuela, debajo de un puente en el río Guaire, y a conocer y compartir con unos sesenta muchachos, entre los 6 y los 27 años, víctimas de distintos problemas de descomposición familiar, ofreciéndoles un poco del calor que les ha sido negado.
En pleno apagón de marzo de 2019, de gira por Ecuador en busca de fondos para continuar su tratamiento contra el cáncer de seno, la flautista venezolana María Gabriela Rodríguez anunció su renuncia a veinte años de trabajo en El Sistema. Decidió sobre todo que quería seguir viviendo.
Katiuska se quedaba sin aire al caminar del cuarto a la sala de su casa. Hablar era quedarse sin oxígeno. A veces un día podía reducirse a 24 largas horas de cansancio. Padece de hipertensión pulmonar, una inusual enfermedad que compartía con solo 450 personas de entre los treinta millones de habitantes que tenía Venezuela.
Un día de enero de 2019, el comediante José Rafael Guzmán y Silvia Baquero, su ex compañera de trabajo, se echaron a andar la ruta que miles de venezolanos recorren a pie desde la frontera con Colombia hasta las principales ciudades de los países del sur del continente. Lo hicieron para acompañarlos y con la intención de documentar lo que ocurre en esas peligrosas vías. Esta es la historia de esa travesía.