Pablo padecía una hiperplasia prostática que le provocaba intensos dolores. En las farmacias no conseguía los analgésicos que podían aliviarlo. Debía ser operado, pero la familia no tenía cómo pagar la intervención. Por eso, su esposa Angélica se subió a un avión rumbo a Estados Unidos para trabajar y tratar de reunir el dinero que necesitaban.
En 2016 el nutricionista Óscar Vásquez fue testigo en primera fila del hambre que causaba estragos en los venezolanos. Cada vez recibía a más niños desnutridos en su consulta. Y los veía también cuando salía a la calle. La convicción de que debía hacer algo lo llevó a desarrollar un alimento terapéutico para que recuperaran peso y talla.
Precisamente por esa capacidad de comprensión del drama ajeno, y por esa forzada hermandad de mellizos de frontera, esta serie es el resultado del esfuerzo conjunto de La Vida de Nos con Dejusticia, quizá la ONG colombiana que más ha atendido y entendido el tema de la migración venezolana, con una mirada no desde su lado de la frontera, sino desde lo que somos, un conglomerado humano separado y unido por esa frontera común.
El confinamiento produce una sensación de realidad en cámara lenta que acentúa las carencias y las ausencias. Para saber cómo llevan estos días de encierro, pedimos a 7 ilustradores que compartieran sus reflexiones y representaciones del momento. Estas son sus respuestas.
Gladys Mora vive en el sector Villa Bahía de Puerto Ordaz, en el sur de Venezuela, junto a sus nietas Daniela y Sofía. Desde que se hizo cargo de ellas, hace cuanto puede para que estudien. Las trabas burocráticas que ha encontrado no han mellado su entereza.
Maryflor Gamboa viajó a Santa Elena de Uairén, en el sur profundo de Venezuela, para participar en una actividad de un programa de liderazgo del que formaba parte. Durante una semana jugó con los niños de la comunidad indígena de Mana-Krü. Se ganó su confianza, los hizo reír y supo cosas de ellos que todavía retumban en su mente.
Desde que Laura Cubillán comenzó a estudiar Medicina en la Universidad Central de Venezuela quiso trabajar en comunidades indígenas. Eso que ahora hace en Canaima, en el sur del estado Bolívar. Llegó allí para cumplir con un requisito académico y, un año después, no quiere devolverse a Caracas: ayudando a los pemones se siente libre.
Gabriela Castañeda salió al cumpleaños de un amigo la noche del 24 de febrero de 2019. Allí, entre los tragos y la música, estaba pasando un buen rato entre sus allegados. Hasta que a la fuerza tuvo que aprender que el peligro está en todas partes. Y es lo que narra en esta historia testimonial del #SemilleroDeNarradores.
En esta segunda y última entrega de la introducción a Jóvenes que se emocionan, jóvenes que actúan, terminamos el repaso de la Venezuela de los años recientes, a través de las historias que cuentan cómo han vivido nuestros jóvenes durante estos años duros. La Venezuela de jóvenes #CrecidosEnLaAdversidad.
Un pueblo de palafitos que se sedimenta. La gente llevándose sus casas en lanchas. Una suerte de Doña Bárbara zuliana insistiendo en imponerse. Anabel Rodríguez regresó cada tanto a Congo Mirador para grabar Once upon a time in Venezuela, un celebrado documental que la llevó a graduarse como artista.