En una casa de Tronconal, en Barcelona, estado Anzoátegui, transcurren los días de María del Valle Arriojas. Allí, entre recuerdos de una vida feliz y llena del calor de los suyos, Vallita, que es como la conocen familiares y vecinos, solo se pregunta cuándo se reencontrará con Rafael Márquez, su esposo fallecido hace 30 años.