Nora Carpio era una joven liceísta cuando fue remitida a un psicólogo forense para sustentar un expediente contra un profesor por acoso sexual. En la consulta hablaron de muchas cosas. Él le dejó su tarjeta para cuando necesitara conversar de sus problemas y, en efecto, ella un día lo llamó. No lo sabía, pero allí comenzaría una historia que revelaría una oscura trama.