Desde que el éxodo de venezolanos se convirtió en estampida, más de 930 mil niños y adolescentes han quedado en Venezuela sin sus padres. En esa estadística entraron Elianys y sus cuatro hermanos cuando Yadira, su madre, partió a Colombia. Fue en febrero de 2020. Ya con trabajo y apartamento donde vivir, creía próximo el reencuentro con los suyos. Hasta que, apenas un mes después de su llegada, la pandemia convirtió su dolorosa separación en un sacrificio inútil.