El trabajo consistía en bailar salsa, merengue y bachata en República Dominicana. Alejandra, segura de que tenía swing, hizo la audición y quedó seleccionada. Tuvo tropiezos al salir de Venezuela, pero no perdió el entusiasmo. Allá, entre escenarios, conoció a Wander. Poco después, sus vidas dieron un giro que los estremeció.